Ayer la vi, por la ventana de mi cuarto cuando
abrí. Ayer la vi, el pelo atado y la cintura sin
vestir. Como dos lazos con sus brazos la vi en
mí, su frente en alto me invitaba a descubrir.
Sus labios dardos me flecharon y volé…
¡Ayer la vi; la vi y viví…!
Manos, vellos, uñas largas sentimientos,
pensamientos que acarician sus cabellos,
mis senderos van y vienen por su cuerpo,
de regreso traen reflejos de sus senos.
¡Ya no la tengo!
Y ahora la luna se escapa loca por bailar
parrandas en una noche sin fueros; y
escucho repicar los cueros y chachachear
las maracas, mientras cantan las cigarras.
Y ella se cuelga del cielo…
Surcándolo en velo y mordiéndome con sus
labios caramelo. Extasiados por misterios
y en el séptimo frenéticos, divisando el
infinito lleno de estrellas durmiendo…
Y gimiendo, pues huele a fuegos con vientos.
Me huele a mí, me huele a ella, a nuestros
sueños, ya no la tengo, cuento los viejos;
me huele a añil, a copos blancos, a frio
invierno. Me huele a versos deseo…
Y a la ilusión de leérselos; me huele a estos.
Que dolor sienten mis dedos poéticos, adiós
adiós amor bueno; que desdichado momento.
Y ya la ven: Va vestida de fina seda y lleva
perfumada su hembra, lleva encendida su
cuenca y al sol sigue dando vueltas. Y él la
persigue con letras y la enamora con fresas.
Una vela para ella, que la encienda como
estrella en su cielo de leyendas, que le
recuerden que es bella. Una vela para
ella y yo la pago con mis letras para reinas.
Se lo pido por favor envuélvala en poemas.
Y ahora recuerdo el ascensor de aquel
inmueble, que para idilios siempre ha sido el
mejor libro, que sueños vivos los que en tiempos
nos hicimos; que cruel destino que nos dimos…
¡Quiero revivirlos si algún día ella me vuelve!
Nos quiero libres para amarnos al poniente;
y en arcoíris colorearnos nuestros sueños, en
estrofas de un soneto callejero. E incendiarla
iluminada como vela a cuatro vientos…
Y encenderla como estrella en el alero.
Por su ausencia mi presente está sufriendo,
su voz me falta y sin cadencia me entristezco.
Su cuerpo en duelo vaga errático y sin dueño,
su voz me endulza el tintero y vuelo en besos;
y en el recuerdo vivo en estos yo la espero,
por la ventana veo su rostro hecho recuentos…
Y en mi florero los Milsueños gimen ebrios.
¡Ayer la vi; mariposeando recuerdos por mis cielos!
Picture Johanna Degendt by Eva Moreno Photographiste
Web du photographe: http://www.evamoreno.book.fr/
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